lunes, 26 de mayo de 2014
El Inventor gallego
Manolo vino a vivir a América, y dejó a María, su mujer, en Santiago de Compostela, habiéndole prometido ella que se portaría bien.
A poco de llegar, recibe una carta de su mujer que decía así:
“Quiero quedar embarazada, manda esperma por correo”.
Manolo puso manos a la obra e hizo lo que su mujer le pedía. Al poco tiempo, recibe una carta diciendo:
“Estoy embarazada”.
Dos años después, María volvía a escribir haciéndole el mismo pedido. Esto se repitió en cinco oportunidades durante 10 años, María escribía y Manolo mandaba por correo el esperma.
Un día Manolo, con el próximo pedido de María y aburrido de mandar esperma, y además, porque tenían 5 hijos a los cuales el tenía que mantener desde América, se cansó de esa historia.
Mezcló maicena, un poco de clara de huevo y leche, y se lo mandó a María.
A las tres semanas, María le escribe confirmando:
“Estoy embarazada”.
Manolo, pensativo, exclama:
- ¡¡¡ Joder, inventé el esperma !!!
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