El negro y Dios
Una vez un negro estaba hablando con Dios, y le reclamaba:- Señor, ¿por qué tengo esta boca tan grande, que casi no me cabe en la cara?
- Hijo mío, en la selva esa boca te ayudará a degustar bien los alimentos que recojas y te permitirá rechazar los cuerpos extraños.
- Dime Señor, ¿Por qué me diste esta nariz tan chata, que es realmente fea, y en cada hueco me caben tres dedos?
- Hijo, de esta manera en la sabana africana, podrás oler a tu enemigo de lejos y percatarte de su presencia.
- Señor ¿y este pelo tan chicharrón que no se moja y que peinarlo es imposible?
- Hijo, precisamente tienes el pelo así para que las ramas y otros obstáculos de la selva no se enreden y permitan tu paso más fácilmente.
- Bueno Dios, por último, ¿Por qué tengo este color, que no parece negro sino azul de lo oscuro que es?
- Hijo mío, esa piel tuya es especial para aguantar el candente sol africano mientras tú realizas tus jornadas en la sabana.
- Entonces, viejo, dime una cosa:
- ¿QUE CARAJO HAGO YO EN NEW YORK?
No hay comentarios:
Publicar un comentario